El 9 de abril de 1989, la policía mexicana
detiene en un rutinario control la camioneta que conducía David Serna Valdez,
de veintidós años, a la altura del kilómetro 39 de la carretera de Matamoros
a Reynosa en el rancho Santa Elena. En ella se encuentran restos de marihuana y
una pistola calibre 38, por lo que el joven conductor es detenido. Tras unas
horas de interrogatorio confiesa que pertenecía a una secta de "magia
negra" y que utilizaban el rancho para realizar sus sacrificios rituales
con seres humanos, además del narcotráfico.
Alrededor de la casa, una fosa común con doce
cadáveres descuartizados, a los que les habían extirpado el corazón y el
cerebro en algún extraño ritual.
Padrino Adolfo de Jesús Constanzo, de 27 años de edad e hijo de un americano y una cubana practicante de la Santería y Palo Mayombe, en cuyas artes mágicas había sido iniciado desde que tenía tres años.
Sara se convierte en gran sacerdotisa del culto y
participa activamente en todas las sangrientas ceremonias, además de reclutar a
nuevos miembros y explicarles las actividades de la secta.
En los ritos de Palo Mayombe, como son la
sangre y algunos miembros humanos mutilados, preferentemente cerebros de
criminales o locos, a ser posible de hombres de raza blanca, pues supuestamente
éstos son más influenciables por el verdugo (para el asesino la tortura a la víctima
es un factor muy importante, pues el alma de la víctima debe aprender a temer a
su verdugo por toda la eternidad con el fin de hallarse para siempre sujeta a él).
El rito termina cuando los participantes beben la sopa del caldero formada con
la sangre de la víctima, su cerebro y los demás elementos que completan la
siniestra ganga... lo cual les dará todo el poder que los criminales deseen.
Los rituales de purificación o limpias y de
protección, le proporcionan de ocho mil a cuarenta mil dólares entre sus
clientes, la mayoría, importantes personalidades americanas.
El 6 de mayo son descubiertos en el Distrito Federal por algunos agentes de la policía judicial que se hallaban registrando la zona y, sintiéndose acorralados, los cómplices del Padrino comienzan a dispararles desde la ventana de un edificio ubicado en la calle Río Sena de la Ciudad de México. Al momento se presentan varias patrullas de refuerzo que pueden acercarse y llegar hasta el cuarto piso, desde donde disparaban. Dentro se encontraban Constanzo y los demás, quienes habían hecho un pacto de suicidio mutuo si no lograban deshacerse de los policías. Al ver Constanzo la gran cantidad de agentes que les rodeaban y ganaban terreno a cada paso, desesperado, ordena a su compañero Valdez que le dispare con una ametralladora que le tiende, y Quintana, fiel a su líder decide suicidarse con él.
Según las aterradoras declaraciones de Sara a la
policía, desde que conoció a Constanzo mantuvo una doble vida comportándose
como una chica normal con sus amigos y familia, y como una fría asesina por
otro.
Más
tarde negaría su participación en los desquiciados rituales, asegurando que el
Padrino la retuvo contra su voluntad al haberse descubierto la matanza de
Matamoros.
En
la actualidad Sara Aldrete Villarreal purga una pena de cincuenta años por
homicidio, sin siquiera sabe que su historia ha inspirado la "Perdita
Durango" de Alex de la Iglesia, película estrenada en septiembre de 1997.
CASO: Mark Kilroy, un estudiante de medicina desaparecido en marzo de 1989 al que habían amputado las dos piernas y extirpado el cerebro, y con parte de cuya columna vertebral el líder del grupo se había fabricado un alfiler de corbata que le servía de amuleto.
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